Hoy en día vivimos una era dominada por los datos. Hasta hace unas pocas décadas éstos eran limitados y se necesitaba una gran inversión para conseguirlos. En muchas ocasiones las grandes bases de datos sólo eran producidas por los Estados. A fines del siglo XX grandes corporaciones privadas comenzaron a competir en este campo. Es hasta años recientes que muchos podemos disponer de una gran cantidad de ellos. Es la era del Big Data.
Este avance tan acelerado en la obtención, almacenamiento e intercambio de datos se da de la mano del desarrollo de nuevas tecnologías como lo son las computadores, las unidades de almacenamiento y el internet. En este momento es posible predecir tendencias gracias a que es posible diseñar cada día más robustos modelos que se pueden consultar casi desde cualquier dispositivo en cualquier parte del mundo.
Hay una gran cantidad de tipos de información. No obstante, en esta entrada de blog queremos enfocarnos en los datos de localización. Este tipo de datos ha sufrido uno de los cambios más radicales en los últimos tiempos. Dentro de esta categoría encontramos los puntos, las rutas o caminos y las áreas o regiones. Este tipo de datos en un momento dado fueron atribución casi exclusiva del ejército y la planeación gubernamental. Por ejemplo, los primeros GPS tuvieron uso militar y aquellos dirigidos al público tuvieron por mucho tiempo integrado un «error de precisión» inducido.
Antes era prácticamente imposible saber dónde estaba una persona en un momento determinado. Además, como hemos hablado en otra oportunidad (ver El lugar está donde están las personas), los sitios eran fijos y éstos definían de forma casi determinista las actividades humanas. Esto a pesar de que son las mismas personas quienes construyen éstos. Se dependía en gran medida de testigos que pudieran dar fe de que alguien estuvo en un lugar y momento dados.
Las compras y la comunicación a través de computadores de escritorio y laptops, permitió registrar de forma aproximada desde dónde una persona se conectaba a la red. Sin embargo, con el auge de los celulares y su amplía portabilidad física y alta presencia en la vida diaria permitió, por primera vez en la historia, conocer la localización de cada individuo con mucha precisión en tiempo real.
Aunque las posibilidades del uso de los datos de localización son gigantescas ya que permiten diseñar y aplicar soluciones de comunicación y compras personalizadas, también es verdad que despiertan un gran debate público. Ahora las personas están más preocupadas por su privacidad y los datos de localización son considerados por muchos como de los más sensibles juntos a otros como los datos de salud e ingreso.
No obstante, tiene sus bondades el conocimiento y uso correcto de estos datos. Por ejemplo, en México en estos días se hizo obligatorio de parte de las instituciones de banca privada registrar en ciertos movimientos bancarios la ubicación del dispositivo desde el cual se efectúa el movimiento bancario digital. Aunque disminuye la privacidad del cliente, el supuesto para implementar esta función es la lucha contra diversos delitos.
Por ello, la obtención, retención y manejo de este tipo de datos involucra una gran responsabilidad que en algunas regiones implica altas responsabilidades legales. Sin embargo, si se consigue cubrir estas obligaciones los beneficios son ingentes. Aprovechar al máximo los datos de localización requiere de expertos en la materia. Principalmente geógrafos o profesionistas afines.
En Acertiva, contamos con expertos en Geomarketing con experiencia que te permitirán acceder a datos georreferenciados y a análisis territorial acordes a tus necesidades. ¿Tienes entre manos un proyecto que requiere de entender datos de localización? ¿Qué esperas? Estamos esperando por tu mensaje. Con gusto nuestros expertos atenderán tus dudas.
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