Lineamientos para entrevistar niños y adolescentes en investigación de mercados

Entrevistar a niños o adolescentes puede ser muy problemático. Más en estos días en que la seguridad de ellos está muy comprometida. Como agencia asociada a ESOMAR, en Acertiva seguimos el código para tratar este segmento.

Por principio, solo podemos abordar a un niño si se obtiene el consentimiento previo de sus padres. Los padres o tutores del menor entrevistado en un proyecto debe tener plena certeza de que se respetarán los derechos de éste en todo momento.

Sin embargo, debido a la caracterización cultural de cada país, cada investigador de mercados debe tener plena consciencia de lo que se considera ético y permisible en el trato con niños. Así mismo, el concepto de niño varía de país en país y muchas veces no tiene que ver con aspectos tales como la edad y la capacidad cognitiva. En términos generales «niño» es cualquier persona de 0 a 14 años de edad y «joven» aquella de entre 15 a 17 años.

Los investigadores deben tener conocimiento de la legislación vigente en el país de levantamiento para evitar infringir normas legales. Así mismo, el sentido común nos ayuda a establecer qué se puede preguntar a un menor; por ejemplo, si una pregunta no perturba a un adulto mucho menos a un niño.

También hay que considerar que a los menores se les debe entrevistar en un medio controlado y protegido. Preferentemente en un espacio dirigido por una figura de autoridad que vele por su seguridad y pueda dar su consentimiento, como lo puede ser una escuela.

Si la entrevista se hace en la calle o en un punto de afluencia, solo se pueden abordar a menores que vayan en compañía de su padre o tutor, mismo que debe dar su consentimiento previo para poder obtener información del pequeño.

El entrevistador para obtener el permiso está obligado a explicar con detalle las características de las preguntas a aplicar al menor, incluso puntualizar aquellas que pudieran resultar embarazosas o sensibles.

El adulto a cargo del menor entrevistado debe estar siempre presente durante la entrevista a un niño; más si se hace en casa. Aunque no es imprescindible que comparta habitación con el niño, ya que hay casos en que por metodología la presencia del mayor puede sesgar las respuestas del pequeño. En estos casos, es suficiente que el adulto a cargo esté cerca en otra habitación.

Ahora bien, para pruebas de producto el investigador debe permitir que el adulto pruebe antes el producto a ofrecer al menor. Incluso debe asegurarse de que la prueba (ya sea comestible o un juguete) sea seguro para el menor, en muchos casos por un escrito de parte del proveedor. Nunca se le podrá dar a probar productos que estén prohibidos para niños como lo son las bebidas alcohólicas.

El investigador debe también asegurarse de que la madurez del menor le permitirá obtener información útil. Esto más que ser un lineamiento ético es parte de las buenas prácticas de investigación. Como habrá menores que se pueden sentir incómodos o temerosos al hablar de ciertos temas, como sus relaciones con sus pares o con sus padres, los habrá que se mostrarán seguros y abiertos.

Asegurarse de que el menor no se sentirá con miedo, cohibido e intimidado en una entrevista es tan importante como las anteriores directrices. Para conseguir esto, es deseable mas no obligatorio, contar con investigadores que tengan la preparación y experiencia necesarias para abordar a los pequeños.

Respecto a las entrevistas por internet, se debe tener mucho cuidado para tener el primer contacto con el menor y conseguir el permiso de sus padres o tutores. En tal caso, se sugiere que el entrevistador acuda a la representación de ESOMAR de su país para conseguir asesoría al respecto.

Ver más y fuente original: http://bit.ly/29Rz68G

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