El siglo XXI nos ha traído grandes avances tecnológicos y culturales que en otras épocas se creyeron impensables o inalcanzables. Estas transformaciones en nuestras vidas han sido posibles gracias a descubrimientos como la manipulación del espectro electromagnético, la invención de aparatos electrónicos como la computadora y la transmisión de datos en tiempo casi real. No obstante, uno de los mayores cambios que ha conllevado esta nueva Revolución Industrial aún está por conocerse.
En varias entradas de este blog hemos hablado de la disyuntiva que significa para los mercados la oferta física e intangible. Hace varias décadas toda nuestra vida estaba volcada a un medio en que casi todos los satisfactores se podían tocar con las manos y los intercambios estaban completamente supeditados a superar las barreras geográficas entre personas que demandaban un bien y otras quienes lo consumían. Ahora hacemos transacciones con dinero no físico para adquirir aplicaciones para celular que no podemos manipular con las manos.
Tras el avance de la crisis sanitaria por el SarsCov2, el tránsito hacia una realidad dominada por soluciones y alternativas no presenciales o inmateriales alcanzó una rapidez que muchos pensaron tardaría mucho tiempo en concretarse. De la noche a la mañana en muchos sitios de la Tierra las personas se vieron obligados a abandonar temporalmente oficinas y tiendas para permanecer resguardados en casa. El trabajo pasó a ejecutarse desde el comedor o el estudio. Las clases de las escuelas pasaron a aulas digitales. Algunos productos y servicios se volcaron a un formato virtual o híbrido.
En casos más extremos algunos terminaron por adoptar una nueva «vida en internet». La websona, como lo denominaremos en este blog, es aquel reflejo o creación libre de un personaje de parte de una persona física en el medio digital. Además de las redes sociales, este nuevo tipo de personaje tiene la opción de comprar o vender ítems como ropa, muebles, música, textos y más elementos que sólo tienen existencia en la red. Ejemplos concretos de la vida de las websonas son las salas y perfiles de redes sociales, como Habbo o Gather Town, y algunos juegos de realidad virtual.
Sin embargo, esta tendencia no es universal y tampoco creemos consiga pronto sustituir del todo al medio tradicional en el que todas las personas nos desenvolvemos todos los días. A pesar del gran potencial de mercado que tiene la vida intangible, ésta depende completamente del hardware. Sin microprocesadores no se pueden fabricar los componentes que hacen posible conectarnos a la internet y consumir los bienes digitales. Estos suelen viajar largas distancias sobre el globo terrestre dentro de contenedores que se trasladan a bordo de barcos y aviones.
Así mismo, hay necesidades que todavía no pueden ser sustituidas por medios no físicos. Antes, durante y después de la pandemia varios segmentos de la economía nunca dejaron de producir y trabajar en el plano físico. Entre estos sectores tenemos al agropecuario, el industrial, los servicios públicos indispensables, el transporte, la mensajería y paquetería, la venta al menudeo, las farmacéuticas, entre algunas otras. Muchos trabajos y fuentes de ingresos no conocen ni conocerán una alternativa para su ejecución fuera del espacio físico.
A pesar de este escenario no podemos hacer a un lado el crecimiento y potencial que tiene ese mundo alternativo virtual que el director de Meta, Mark Zuckerberg, describió como el mayor objetivo de su consorcio: cada persona tendrá una identidad en el mundo material y otra en el digital. No obstante, ese futuro está aún muy lejano sin importar que tuvimos y tendremos grandes catalizadores como la enfermedad por COVID-19. Los requerimientos tecnológicos siguen sin estar disponibles y muchos conocedores están seguros que estamos algo lejos de tenerlos al alcance.
Ahora bien, algún día ese futuro que se adivina todavía algo lejano llegará. Tal como lo hicieron la videollamadas, los teléfonos celulares y los electrodomésticos. En Acertiva estamos conscientes de esas disrupciones en el mercado. Si tu próximo proyecto contempla la irrupción de un producto o servicio revolucionario considera la investigación de mercado como una inversión para evitar que la próxima coyuntura se convierta en un caso de estudio en las escuelas de marketing. Escríbenos hoy mismo para contarte la manera en que juntos llevaremos a cabo tu siguiente éxito.
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