Se acabaron los días en que las marcas podían imponer su visión. Gracias a las tecnologías plenamente asimiladas, los consumidores tienen la oportunidad de interactuar y comunicarse con las marcas que le interesan. Es por ello, que éstas ya no pueden ser entes indefinidos y nebulosos. Hoy en día las marcas deben ser reconocibles por una personalidad única; y esta personalidad debe reflejarse en un ‘manifiesto de marca’. Al leer u oír tal manifiesto el cliente debe tener clara las intenciones, lo que ama y odia, lo que es y lo que quiere llegar ser la marca en cuestión. Un ejemplo es el emprendido por Sedal y su manifiesto: «deja que la vida te despeine». Apóyate de la investigación de mercados para definir el tuyo. Ver más: http://bit.ly/1nNy1Mx
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