Ya lo hemos dicho antes aquí: una marca que tarda en reaccionar a los cambios del mercado y de las necesidades de sus clientes está condenada al fracaso. Ya pasó con Kodak. Es posible que Televisa, la antes todopoderosa marca de entretenimiento en Hispanoamérica, ya no tenga oportunidades de competir en un mundo donde la televisión analógica llegó a los museos y Netflix reinventa la forma en que nos hacemos de series y películas desde cualquier plataforma.
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