La nueva normalidad es un tema recurrente en estos días. Los desafíos a enfrentar son muchos todavía. Casi todas las actividades se retomarán con diversos cambios. La investigación de mercados no es la excepción. Dentro del grupo de tareas que más incertidumbre involucran a hora de pensar en su adecuación al mundo post COVID-19 es el levantamiento de datos en campo.
Aunque mucho se ha hablado de los beneficios de las herramientas digitales, tampoco es un secreto a voces que las entrevistas cara a cara y en punto de afluencia no pueden desaparecer de la noche a la mañana. Es tarea, en cada país, de las agencias y organizaciones gremiales comenzar a diseñar lineamientos que den certeza a entrevistados y entrevistadores en el regreso a la cotidianidad. A continuación destacamos los tópicos a definir al respecto.
- Implementos de barrera. El uso de mascarilla nos acompañará durante un tiempo. Por ello, los entrevistadores deberán contar, entre sus insumos de trabajo, con cubrebocas que les permitan no contraer el virus si llegarán a tener contacto con respondientes portadores. Este implemento no es accesible en muchos casos dada su escasez y su costo. Si no es posible proveerlos, se deben diseñar protocolos de abordaje ya sea en forma de islas con mamparas de plásticos transparente o de acrílico.
- Desinfectantes. Los encuestadores deben contar con alcohol en gel o tener acceso a sanitarios donde puedan lavarse las manos constantemente. Este punto involucra modificar el diseño de rutas de trabajo para asegurar un punto donde se pueda verificar el lavado de manos o las cuadrillas deberán poder transportar lavabos portátiles.
- Medios digitales sobre el papel. En la medida de lo posible se debe evitar el uso de cuestionarios en papel para reducir el transporte de virus de un punto a otro. Esto mismo aplica para materiales adicionales en la aplicación de cuestionarios como lo son las tarjetas impresas. Así mismo, las tabletas y smartphones deben ser sanitizados con regularidad durante toda la jornada de levantamiento.
- Uso de muestras. Muchos levantamientos de campo involucran la presentación de muestras de concepto o de productos que aún no salen al mercado. Es momento de pensar en alternativas que permitan ya sea poder desinfectar el dummy entre préstamo y préstamo, poder obsequiarlo al entrevistado o retenerlo para ser destruido luego de un único uso. Todas estas alternativas involucran un aumento en inversión de recursos para llevarlo a cabo.
- Ser más racionales. La calidad debe estar encima de la cantidad. El diseño de rutas y muestras debe ser más eficiente que antes. Aunque una muestra grande tiende a disminuir el grado de error, es momento de pensar en conseguir los mismos o resultados parecidos con menor número de contactos efectivos. Es previsible un aumento en el número de contactos que rechacen ser entrevistados para contar con un entrevista efectiva dado el temor al contagio.
- Repensar el flujo de los cuestionarios. En estos momentos los instrumentos de levantamiento largos suponen un mayor riesgo de contagio a ambas partes. Por ello, es deseable que en la medida de lo posible el rediseño de las baterías de preguntas para conseguir obtener la misma información con menos reactivos. Esto incluye evitar las redundancias.
- Reconversión del personal. Al final, conforme pase el tiempo el levantamiento de datos en campo irá cediendo peso al levantamiento digital. Es momento de plantear mecanismos y procesos que permitan a los entrevistadores de a pie aprender a usar las técnicas remotas y seguir adelante con la inversión en soluciones en línea ya que la tendencia en el mundo señala que ese es el presente en ya no pocos sitios en el mundo.
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