El siglo XXI es una época en la que se han materializado muchas soluciones basadas en la tecnología y la informática con la que nuestros padres y abuelas sólo podía soñar. No obstante, el resultado de su existencia no parece ser la utopía que se imaginó décadas atrás. La Investigación de Mercados no es ajena a esta reflexión. Aunque muchos procesos de nuestro segmento son más rápidos y eficientes hoy, hay áreas en las que hay aún mesura para aplicar algunas herramientas.
En el pasado hemos hablado ya de las Inteligencias Artificiales y su irrupción en nuestra disciplina. Sin embargo, entonces estábamos todavía en una etapa temprana de su aparición y había aspectos que podían mejorar. Esto es natural y se espera que ocurra en la mayoría de innovaciones porque tienen una curva de aprendizaje y apropiación de parte de las personas. Ahora a la distancia podemos enumerar cuatro aspectos sobre porque todavía no pueden suplir por completo a los analistas de mercados.
Son una herramienta. Las personas que se dedican a la investigación documental utilizan un sinfín de medios para alcanzar de la mejor manera sus objetivos. Las computadoras fueron un salto de gigante para muchos investigadores ya que permitió editar textos y analizar bases de datos con una facilidad y rapidez no vistos antes. Ahora, estas mismas máquinas ofrecen mejoras sustanciales a la hora de encontrar datos y ampliar las posibles hipótesis para satisfacer una necesidad de conocimiento de marcas y personas.
Son perfectibles. En lo general pensamos que lo digital es perfecto o que tiene tan pocas y pequeñas fallas que son inapreciables. Esto se puede refutar cuando ocurren pifias como la más reciente actualización de parche de un software de una reconocida marca de seguridad virtual que paró la actividad de múltiples empresas y centros de trabajo. Las soluciones informáticas son tan susceptibles de equivocarse como lo son sus programadores y usuarios.
Requieren revisión humana. Mucho se ha hablado de los errores que comenten las inteligencias artificiales para responder preguntas. Esto lo podrán confirmar profesores e investigadores que han tenido la oportunidad de usar versiones básicas y/o gratuitas. También se sabe que algunas tienen candados para no responder ciertos cuestionamientos. Así como pasó cuando asumimos los buscadores web, se debe tener un criterio amplio para discernir entre datos e informaciones verdaderas de las inventadas.
Autoría dudosa. Muchos generadores de contenido han alzado su voz en contra de la producción de resultados de las Inteligencias Artificiales. A diferencia de las personas que nutrimos nuestras habilidades e imaginación con la experiencia de vida, las inteligencias artificiales requieren de contenidos creados por los seres humanos para alimentar sus procesos de aprendizaje. El problema es que esos contenidos pueden estar protegidos por derechos de autor. Por ahora la solución temporal es asumir que el producto de las IAs es de dominio público, pero esto puede cambiar más bien pronto.
Definitivamente todos los avances en tecnología e informática tienen dos vertientes. No ver ambas caras puede hacernos perder la oportunidad de utilizar un medio para aumentar más nuestra eficiencia e incrementar nuestra calidad de vida en el camino. Entendidos sus alcances y potenciales aplicaciones las Inteligencias Artificiales se convierten en una herramienta más que potencia el desempeño de los estudios del Market Research.
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