Hoy las personas compramos cada vez más cosas que no podemos tocar o constatar con el tacto. La revolución iniciada por la era de los datos y el internet nos ha llevado a un nuevo mercado de servicios y experiencias en las que el consumidor final casi no experimenta contacto con algo físico. Muchos satisfactores han hecho la migración completa o parcial a este escenario.
Por poner un ejemplo, hace unos años los videojuegos se distribuían a través de cartuchos o discos compactos. A inicios del siglo XXI emergió con fuerza la distribución vía internet por lo cual sólo es imprescindible contar con una consola para correr un juego. En algunos casos no es necesario adquirir una consola; basta con tener un celular o computadora con las características requeridas.
En el siglo XX se hablaba del analfabetismo. Esto impedía a muchas personas que no sabían leer y escribir a acceder a muchos contenidos y por ello las comunicaciones con ellos se basaba en códigos de figuras y colores. Un ejemplo de esta situación en la señalética del Metro de la Ciudad de México: sus colores vivos y los íconos dados a cada estación se pensaron para que incluso personas que no sabían leer pudieran orientarse dentro del sistema.
En nuestros días vivimos el «analfabetismo digital». Quizá en varias regiones se ha abatido el número de personas incapaces de escribir y leer, pero ahora no son pocos los que no saben usar el mínimo de productos y servicios sin ayuda externa. Aunque quizá esto pueda solventarse en el mediano y largo plazos al presenciarse el primer momento de la historia en que todas las generaciones vivas hayan conocido desde el nacimiento las computadoras e internet.
Aunque en cada lugar del mundo el proceso de asimilación es distinto dadas las diferencias en el consumo y familiarización con las nuevas tecnologías también es cierto que en algún momento la mayoría tendrá que aprender a sustituir un mínimo de productos y servicios de sus versiones analógicas a las digitales. Tropicalizar las soluciones y planes de introducción de esta clase de satisfactores puede fracasar si no se investiga el estado y necesidades en cada sitio del planeta.
No obstante, los productos y servicios que se distribuyen por medios completamente virtuales están todavía en proceso de adopción por parte de las personas. Por ello todo lo que podamos saber de las impresiones, posiciones y resistencias que tienen los consumidores sobre éstas está todavía en desarrollo. Por ello es importante dedicar recursos en entender este fenómeno para no caer en errores.
Identificar todos los elementos del proceso de migración y adopción de los productos y servicios intangibles es una de las soluciones que la investigación de mercados puede ofrecer para todos aquellos interesados en ahondar en la materia. Todos estaremos inmersos en un grado u otro en este nuevo mercado de intangibles. Da un paso adelante de la mano del equipo de Acertiva. Estamos esperando ser tu aliado en tu próxima historia de éxito.
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