En las últimas semanas de 2022 cobró mucha atención la irrupción de ChatGPT. ¿La razón? Quienes han tenido oportunidad de usarlo se han sorprendido por su capacidad de responder una amplia variedad de preguntas con expresiones casi tan coloquiales como si estuviéramos chateando con una persona de carne y hueso. Y es que ChatGPT es un prototipo de conversador en línea que usa inteligencia artificial para ofrecer sus resultados.
Las dudas sobre las implicaciones que tendría en diferentes sectores si sigue avanzando su desarrollo han planteado cuestiones que no son menores para más de uno. ¿Se acabaría el ingenio y trabajo humanos? En el pasado cercano vivimos escenarios similares cuando la internet apareció y las personas dudamos de si sería el fin de la productividad académica por la facilidad de «copiar y pegar» textos de terceros. Aunque esta práctica no ha desaparecido, hemos aprendido ha usarla con responsabilidad y con las limitaciones que amerita.
También surgieron suspicacias cuando diferentes tecnologías aparentaron desplazar por completo a cierto segmento de profesionistas o personas dedicadas a un oficio. Es el caso del surgimiento de los Sistemas de Información Geográfica respecto de los geógrafos y cartógrafos. A la larga, los también llamados SIG se convirtieron en una poderosa herramienta para los especialistas del espacio porque sin las personas con criterio que pudieran obtener de ellos el máximo beneficio serían un programa más de computadora subutilizado.
No obstante, parece ser que con ChatGPT presenciaremos una crisis más profunda. Las inteligencias artificiales (IA) buscan replicar los procesos de aprendizaje de la mente humana aunque en una escala mucho más simplificada. Bien desarrolladas son capaces de aprender de cientos o miles de ejemplos de la vida diaria para aplicar la solución más viable a problemas concretos. En algunos casos la calidad de sus resultados depende más de con cuánta información y datos fue alimentada la IA que de su planteamiento.
En escuelas ya han saltado las alarmas y han ordenado a sus estudiantes que no usen este producto para resolver sus tareas. Hay múltiples videos en redes sociales con personas grabando las asombrosas respuestas que les da la inteligencia artificial a preguntas de todo tipo. Algunos expertos se apresuran a señalar que este producto puede hacer tambalear el modelo de negocios de los buscadores de internet ya que podrían ser prescindidos si alguien o algo puede ser capaz de respondernos sin tener que elegir entre una maraña de enlaces.
En Investigación de Mercados dada su naturaleza innovadora y curiosa no está alejada de este asunto. Productos similares a ChatGPT podrían ser poderosas herramientas para sintetizar lo concerniente a ciertos temas y automatizar labores que ahora demandan muchas horas de trabajo repetitivo a los analistas de mercado humanos. Sin embargo, acentúa la necesidad de reconocer aún más en más espacios mercadológicos a expertos como ingenieros y programadores dentro del desarrollo de nuestra disciplina que en el pasado.
En Acertiva estaremos muy atentos de esta nueva tendencia que seguramente sólo ha comenzado a dar señales de instalarse en la vida de las personas. A casi dos décadas de empezar nuestra historia en LATAM hemos sido testigos de otras coyunturas que han revolucionado nuestra área: la digitalización de registros, el neuromarketing y el geomarketing por citar unos ejemplos. ¿Crees que la Inteligencia Artificial se sume a este listado? ¿Necesitas desarrollar un estudio de mercados en nuestra región? Escríbenos hoy mismo.
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