Uno retos que hacen más complejo el análisis cualitativo es reducir el ruido producido por los sesgos cognitivos. Estos son desviaciones del juicio producto de la tendencia de nuestra mente por elegir el camino más fácil en pos de un desempeño más eficiente y ahorrativo. Cada proceso en el cerebro requiere un alto consumo energético, por ello nuestra naturaleza nos orilla a «tomar atajos» y hacer más sencillas las cosas; aunque ello implique tomar decisiones que a los ojos de los demás carezcan de sentido.
Buster Benson, emprendedor que gracias a su experiencia en varias empresas de tecnología y datos, ha observado un gran número de sesgos en su carrera. Este conocimiento le llevó, de la mano del diseñador John Manoogian III y un nutrido grupo de wikipedistas, ha publicar un gráfico que clasifica a los más de 200 sesgos cognitivos observados hasta la fecha. Hablar de cada uno de ellos daría para publicar decenas de entradas de blog, pero hoy nos enfocaremos en enunciar sólo las clases y subclases en las que podemos agruparlos.
a) ¿Qué debemos recordar? Cuando realizamos juicios en algunas ocasiones recurrimos a nuestra memoria. Sin embargo, está comprobado que nuestros recuerdos suelen cambiar con el paso del tiempo. Entre los factores que pueden alterar la información almacenada en nuestra mente están las emociones involucradas en el momento de su registro. Por si no fuera poco, aunque tengamos a la mano grandes volúmenes de datos para hacer elecciones, solemos simplificarlos y utilizar la menor cantidad de elementos posible. Las subclases de sesgos que encontramos en este segmento son:
- Editamos y reforzamos algunos recuerdos después de que suceden.
- Descartamos detalles específicos para formar generalidades.
- Reducimos eventos y listas a sus elementos clave.
- Almacenamos los recuerdos de manera diferente en función de cómo se experimentaron.
b) Demasiada información/significado insuficiente. La realidad en la que nos desenvolvemos produce un volumen de datos e información que humanamente nos es imposible de analizar por completo. Para compensar las limitaciones de nuestra capacidad de procesar información nuestra mente selecciona sólo aquella que considera de importancia. Por consecuencia muchos elementos valiosos para tomar mejores decisiones quedan fuera. Además, cuando la información de la que disponemos está incompleta solemos autocompletar los vacíos de forma empírica. Entre las subclases de sesgos de este grupo encontramos:
- Notamos cosas que ya están impresas en la memoria o que se repiten con frecuencia.
- Notamos cuando algo cuando ha cambiado.
- Notamos los defectos en los demás con más facilidad que los defectos en nosotros mismos.
- Proyectamos nuestra mentalidad y suposiciones actuales en el pasado y el futuro.
- Simplificamos las probabilidades y los números para que sea más fácil pensar con ellos.
- Completamos características con base en estereotipos, generalidades e historias.
c) Necesitamos actuar rápido. Aunque el sentido común nos sugiera en más de una ocasión que debemos invertir más tiempo para pensar bien las cosas la realidad es distinta. En épocas remotas la anticipación no era una recurso abundante y por ello nuestra mente está orientada a arrojar los mejores resultados en el menor tiempo posible. Encima, nuestras interacciones con los demás y el grado de auto involucramiento en una actividad suelen ser decisivas a la hora de tomar un camino u otro. Lo que en ocasiones puede ser juzgado como un arrebato puede ser sólo una manifestación del diseño operativo de nuestros procesos cognitivos. En esta clase de sesgos podemos enlistar:
- Preferimos opciones de apariencia simple e información completa sobre opciones complejas y ambiguas.
- Para hacer las cosas, tendemos a completar las cosas en las que hemos invertido tiempo y energía.
- Para actuar, debemos estar seguros de que podemos tener un impacto y sentir que lo que hacemos es importante.
- Para evitar errores, nos hemos motivado a preservar nuestra autonomía y estatus en un grupo, y evitar decisiones irreversibles.
- Para mantenernos enfocados, favorecemos lo inmediato y con el que nos relacionamos frente a nosotros.
Los expertos en investigaciones cualitativas enfrentan estos sesgos todos los días. Gracias a su experiencia ellos son capaces de reducir la interferencia de los prejuicios de las personas a la hora de encontrar hallazgos. En Acertiva sabemos que llevar a cabo estudios con este tipo de metodología es una tarea compleja. Tenemos a especialistas cualitativos listos para aportar sus habilidades y conocimientos para satisfacer tus necesidades. Mándanos un mensaje hoy mismo para que nos cuentes tus requerimientos al correo electrónico contacto@acertiva.com
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