¿Cómo cambiará el consumo en medio de una recesión?

Sin importar las condiciones del entorno no podemos dejar de consumir por completo. Las motivaciones y restricciones varían con el tiempo. En los próximos meses veremos como lo que creíamos inamovible se adaptará a un mundo empobrecido y temeroso. Si los pronósticos económicos y financieros son ciertos nos enfrentaremos a uno de los escenarios más complejos en la historia de la investigación de mercados desde sus comienzos.

No caigamos en catastrofismos. Aún en la Gran Depresión del siglo XX, las personas vieron formas de poder satisfacer sus necesidades. Al echar un vistazo a ese entorno nos viene a la mente un mercado con fuerte deflación y alto desempleo. Sin embargo, hoy el mundo es muy diferente al de la década de 1930.

En ese entonces los productos agrícolas y las industrias pesada y de la construcción se vieron severamente afectados. Tampoco hay que olvidar que el comercio internacional se vio disminuido en gran porcentaje. Hoy en día las manufacturas se concentran en Asia, el sector terciario domina las economías de varios países y las bancos centrales se ven más orientados a ejecutar acciones de mitigación para el rescate de divisas y bancos. Incluso existe ya el cuarto sector de la economía: el del conocimiento.

La investigación de mercados, es hoy más que nunca, es una poderosa herramienta para anticipar coyunturas entre los consumidores. Estos cambios de tendencias, mismas que exploramos en nuestra anterior entrada de nuestro blog, pueden ser la ruina de algunos y el éxito de otros. Cómo encontrar la ruta correcta es posible gracias a la orientación de los datos, la información y el buen entendimiento del mercado.

Aunque se vienen años en que la racionalidad se impondrá a la sensibilidad, es imperativo identificar los aspectos cualitativos que dirigirán las compras de los consumidores. Algunos aspectos que se pueden hipotetizar por ahora son el miedo, la frustración y la inseguridad. En el ámbito cuantitativo el precio, el rendimiento y el equilibrio más óptimo entre estos dos primeros dominarán las decisiones.

Se vislumbra también una disminución de la clase media y un aumento de la pobreza derivado del aumento del desempleo y la potencial destrucción de la inversión y la riqueza. Por ello, los segmentos bajos y medios bajos pueden representar un área de oportunidad para algunas marcas que puedan transitar con éxito a estos segmentos.

Aún si se logrará evitar una nueva recesión económica mundial en las próximas semanas es imperante e la evaluar confianza del consumidor. Siempre será mejor ser proactivos y conocer de antemano cómo el consumidor enfrentará esta y otras crisis. Así, se puede pasar de acciones de reparación al diseño de estrategias de reconversión oportunas.