El consumo ante el COVID-19

Salir de casa y comprar un jugo o tentempié antes de llegar a la oficina. Ir con los amigos al cine o al teatro a ver lo último en entretenimiento. Tomar el desayuno en una cadena de comida rápida un fin de semana para variar la rutina. Estas y más compras que antes eran cotidianas para un segmento de las personas es hoy un recuerdo que produce estrés, ansiedad y depresión.

Ayer una conocida franquicia pidió a sus seguidores que apoyaran a sus adversarios (los nombró uno por uno) consumiendo sus productos. Este tipo de solicitudes de apoyo la habíamos visto en pequeñas marcas locales que tienen un mayor arraigo en su entorno inmediato. Esta medida puede ser un síntoma de cansancio de esta cadena ante los recientes meses de capa caída.

El COVID-19 ha afectado el consumo de la mayoría de categorías. Las razones son muy variadas y para cada producto o servicio las causas son específicas. El comportamiento general en los últimos meses se traduce en una disminución de compras por las medidas de confinamiento que muchos países han asumido y la disminución o pérdida de ingresos de muchas personas.

Giros como el alojamiento, los restaurantes, el entretenimiento, el turismo, y servicios y productos suntuarios de gama media han sufrido graves efectos que ha llevado a varias unidades ha echar el cierre definitivo. Los que no lo han hecho están próximos a hacerlo. En parte esto ha alimentado las manifestaciones en diversas ciudades y de las que hemos sido testigos a través de los noticieros en días recientes.

Es cierto que en algún momento superaremos esta emergencia sanitaria. Sin embargo, cuando la emergencia termine el mercado será diferente al que conocimos antes de tener que usar de forma correcta y regular el cubrebocas. Será un momento para repensar la forma en la que se venía desenvolviendo el comercio para que éste sea más resiliente y cercano ante nuevos desafíos.

No todos la han pasado mal en esta contingencia. Los sectores farmacéutico, de suministros de desinfección, y alimentario han gozado un repunte. No obstante, éste es pasajero y se desinflará en cuanto se recupere la normalidad: sea cual sea ésta. Es momento de empezar a planear para afrontar el mundo que nos espera el día que la pandemia por COVID-19 se declare terminada.

Para ello es prioritario tener conocimiento oportuno y detallado de lo que las personas esperan de aquellos que les proveen. La investigación de mercados es una actividad fundamental ya que proporciona las herramientas para diseñar el plan de respuesta para ese mañana que llegará, pero que por momentos vemos muy lejano… y no lo está en realidad.