El Lugar Está Donde Están Las Personas: La Ubicación En Nuestros Días

Una de las 4 «p» tradicionales está sufriendo cambios que hace unos años atrás parecían un poco lejanos todavía. El lugar está redefiniéndose tan rápido que hasta los conocedores del tema siguen investigando qué nuevas características tiene no sólo en mercadotecnia sino en todos los ámbitos en que esta dimensión está involucrada.

Antes la plaza era un punto o área casi inmóvil y con características muy bien definidas y estables con el paso del tiempo. Las tiendas, las fábricas, los comercios, los mercados, las casas, y más son algunos ejemplos. Éstos fueron elementos que, hasta cierto punto, determinaban las dinámicas que las personas que interactuaban con estos sitios podían tener entre sí.

La movilidad de las personas era una condición obligatoria para poder acceder a los lugares. Si uno deseaba trabajar en un giro industrial o de servicios dado tenía que acercarse al lugar de su elección; ya sea que tuviera que mudarse cerca o tener medios disponibles para ir y venir. No fue muy diferente la situación cuando se trataba de adquirir productos y servicios.

A finales del siglo XX comenzaron a darse los primeros efectos de la globalización en el desdibujo de la idea del lugar como un concepto inamovible y rígido. Fue la era de las subsidiarias y de los productos a domicilio. No obstante, la capacidad de atracción de los sitios hacia las personas era predominante. No es fortuito que el crecimiento de las ciudades se debió que atrajo a millones en busca de trabajo y mejores condiciones de vida.

La irrupción de internet en años recientes trajo consigo la promesa de que alcanzaríamos la utopía de vivir en un mundo donde las distancias físicas perdían protagonismo. Ahora estamos más cerca de sitios que están del otro lado del planeta que de los vecinos de piso o de calle. Aunque para disfrutar de esta nueva realidad es requisito indispensable tener un acceso a la red constante y estable. Esta condición aún está lejos del alcance de muchos.

Acelerado por la pandemia por COVID-19, el tránsito hacia un estilo de vida que nos exige menos traslados desde el lugar de residencia a los de abastecimiento, entretenimiento y más se vislumbra ya irreversible. Toda actividad productiva y de consumo que sea viable llevarla a cabo en línea migrará parcial o totalmente a esta modalidad. Los beneficios son muchos y todos sus efectos todavía no son conocidos.

No obstante, la rapidez con que se está dando la transformación en algunos espacios da poco margen para la prueba y error. Las enormes metrópolis ya no son atractivas para muchos y comienza una migración a ciudades medias; quienes pueden se mudan al campo. ¿Hacer filas en el banco o en el supermercado? Mejor se realizan las compras y movimientos bancarios desde aplicaciones en el celular.

Esta nueva realidad está fortaleciéndose en estos últimos meses. Por ello, las marcas y empresas que aún no comprendan que el trabajo y el consumo estarán donde se encuentren la personas con acceso a la red perderán tiempo en adaptarse satisfactoriamente a las necesidades cada vez más exigentes y volátiles de los consumidores.

La investigación de mercados ofrece herramientas y la experiencia imprescindibles para entender este y otros fenómenos de reciente incursión en escena. Escríbenos para que nos cuentes tus necesidades y así compartirte cómo podemos ayudar a escribir tu próxima historia de éxito.