¿Por qué nos lavamos los dientes? ¿Recuerdas tu primer día de trabajo? Aunque los rituales normalmente los asociamos a ceremonias religiosas, para los mercadólogos los rituales son muy importantes para comprender mejor los hábitos de los consumidores y la forma en que los productos o servicios que ofrecemos pueden encajar de una forma más natural en las rutinas de nuestro mercado meta. En el contexto de la mercadotecnia, existen rituales cotidianos o rutinarios y rituales extraordinarios o de pasaje.
En el contexto de los rituales cotidianos o hábitos, es importante detectar las pistas o señales que indican a los consumidores cuando actuar y las rutinas que llevan los consumidores para obtener alguna gratificación. Por ejemplo, en el caso de una pasta de dientes, la señal es la placa dental, la rutina es lavarse los dientes y la recompensa sentir frescura en la boca. Esta simple fórmula le ha permitido a muchas empresas de consumo ganar millones de dólares vendiendo pastas de dientes o desodorantes. El mecanismo para crear nuevos hábitos es tan poderoso que incluso empresas de alta tecnología o apps los usan para generar engagement o adicción a sus aplicaciones.
Finalmente, en cuanto a los rituales extraordinarios o de pasaje, se trata de experiencias únicas en la vida que difícilmente se repiten. Por ejemplo, tu primer día de trabajo, tu cumpleaños, cuando volaste en avión por primera vez o aquel viaje a Disneyland. En este caso, las marcas tienen una importante oportunidad para vincularse de forma más fuerte con sus consumidores o empleados al planificar cuidadosamente cada paso de la experiencia y buscar la forma de convertir el ritual o experiencia en algo inolvidable.
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